... UN SOLO QUÉDATE QUEDO...
Llovía y una tormenta se presagiaba,
Los vientos huracanados
Hacían mecer las copas de los árboles
Llovía intensamente
Y cada gota tu nombre
Pronunciaba al caer sobre
La tierra ya humedecida
Eran voces de amor
Que suplicaban quédate
Y yo absorta escuchándote…
Pegaba mi rostro a la ventana
Para sentir en él salpicadas
Tus palabras
Y te sentí y te escuché
Y me mojé en tí,
Mi piel permeó…
Cada gota,
Bebiéndote
Embriagándose de tí.
Mi ropa mojada
Te mostraba mi silueta
Te marcaba mis pezones
Dispuestos para tí,
Dispuestos a sentir,
Ellos te reclamaban
Y entre súplica y súplica
De ése quédate, quedo,
Te vi venir
Silencioso y tibio
Así llegaste
Y con una sola caricia
Adiviné lo que podría venir…
Un orgasmo permanente
Prendido a mí.
Me miraste
Y en tus ojos pude percibir
La prueba mágica de un gran amor
Que me hará sucumbir
En aguas profundas
De placer que hoy sentencias para mí
Y ese quédate quedo...
Eternamente ancló mi vida a ti
Y un solo, quédate, fue suficiente
Para volver a sentir.